EXPRESIONES CON HISTORIA
Cuando hablamos, utilizamos infinitas expresiones sin ni siquiera plantearnos si pueden tener un origen o un motivo. La gran mayoría de las veces este origen es bastante irónico o gracioso.
Seguro que alguna vez tu o alguien de tu entorno, por algún motivo en especial, ha derrochado o gastado dinero sin medida. En este caso, se podría decir que ha tirado la casa por la ventana. Pues bien, esta expresión se remonta al siglo XIX. Cuando alguien ganaba la lotería, tiraba todos los muebles por la ventana para comprar unos nuevos, así que era como tirar toda su casa por la ventana. ¡Pobres las personas que pasaban por la calle en ese momento! Más de uno se salvaría por los pelos de que le cayera una mesa en la cabeza.
Por cierto, ¿sabes la historia de la expresión salvarse por los pelos? Antiguamente, los barcos se usaban para todo: guerras, explorar nuevas tierras, trasladar mercancías… Para ello, se necesitaban muchos marineros, y la gran mayoría no sabían nadar. Así que, cuando alguno caía por la borda, una de las formas de rescatarlo era agarrándolo por los pelos, de ahí procede la expresión salvado por los pelos.
Aunque se salvara por los pelos de caerle la casa encima, seguramente la persona afectada enviaría a la porra al agraciado de la lotería. Si bien actualmente esta expresión se utiliza de manera despectiva, para mandar a paseo a alguien, inicialmente mandar a la porra no se utilizaba para ofender a nadie. Esta expresión tiene su origen entre los soldados de Carlos V, durante la guerra de Flandes. Cuando los Tercios acampaban provisionalmente en algún sitio, plantaban una porra (palo largo) en el centro del campamento para designar el punto de encuentro, donde se colocaba también la bandera del Tercio. Además, era el lugar donde se enviaba a los soldados arrestados. Por lo tanto, cuando el sargento te decía: ¡Vete a la porra!, se sabía que estabas arrestado. Actualmente, mandar a la porra a alguien es como enviarlo a paseo.
Y así muchas más expresiones presentes en el vocabulario de nuestro día a día. ¿De cuántas de ellas desconoceremos el origen?
El pronombre personal "tú" se acentúa.
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